* Cuidar mis palabras es amarme a mí misma... *
"Si me amo a mí mismo,
expresaré ese amor en mis relaciones contigo y seré impecable con mis palabras,
porque la acción provoca una reacción semejante."
Miguel Ruiz
Si soy impecable con mis palabras hacia mí misma y hacia los demás, estoy amándome a mí misma porque lo que hablo de otros o digo a los demás es como si lo dijera de mí porque todos somos uno.
Cada palabra que utilizo es una semillita de creación de realidad que veré manifestada en mi vida. Si me amo lo suficiente estaré consciente de cada una que expreso para que germine en positivo para mí.
Culturalmente es común ver lo negativo de los demás y hablar de ello, lo cual no ayuda ni a los demás y menos a nosotros mismos porque la calidad de lo que envío es localidad de lo que recibo.
Todo eso negativo que se habla de los demás son semillas que también se están sembrando en la vida de quien habla y así serán los resultados.
Ser impecable en mis palabras es utilizarlas a mi favor y no en mi contra. Si soy impecable en mis palabras hacia los demás las estoy utilizando a favor no sólo de ellos, sino de mi misma.
Si veo lo bueno de los demás y es lo que expreso, será lo que atraeré de ellos y lo que veré en mi misma porque sólo puedo ver en los demás lo que soy o traigo puesto.
Cuando Las palabras que uso hacia mí son impecables, atraigo a mí sólo lo bueno ya que cada palabra que utilizo es un decreto que va a formar mi realidad.
Al hablar mal de los demás, se atrae como experiencia lo que se critica o juzga.
Si no juzgo y no critico, permito a los demás vivir sus experiencia aceptándolos como son y sus experiencias se quedan en ellos, sin volverse parte de las mías.
Al ser impecable en mis palabras hacia mí y hacia los demás cambia mi vida creando una realidad mucho más positiva.
Si soy impecable en mis palabras, observándolas y cuidando que siempre sean las adecuadas, sólo atraeré a mi vida experiencias positivas y mejores relaciones. Esto es porque al ser impecable en lo que digo, no creo confusiones ni malos entendidos y puedo comunicarme mejor.
Si estoy consciente de lo mucho que afectan mis palabras en mi creación de realidad, me permito decidir responsablemente lo que voy a expresar sabiendo lo que veré manifestado en mi vida.
Con mis palabras no sólo puedo crear, sino transformarlo todo para crear una realidad más plena y más feliz.
Las palabras son energía. Ser impecable en mis palabras es hablar con amor, con verdad y usar mi energía de manera adecuada.
Si las observo tanto en lo que pienso como en lo que digo vivo en armonía conmigo y con el mundo.
Yo soy responsable de las palabras que uso para crear mi realidad y si las uso impecablemente puedo ser, tener y hacer todo lo que deseo.
Finalmente como dice Miguel Ruiz…
“La impecabilidad de tus palabras te llevará a la libertad personal, al éxito y a la abundancia;
Cada palabra que utilizo es una semillita de creación de realidad que veré manifestada en mi vida. Si me amo lo suficiente estaré consciente de cada una que expreso para que germine en positivo para mí.
Culturalmente es común ver lo negativo de los demás y hablar de ello, lo cual no ayuda ni a los demás y menos a nosotros mismos porque la calidad de lo que envío es localidad de lo que recibo.
Todo eso negativo que se habla de los demás son semillas que también se están sembrando en la vida de quien habla y así serán los resultados.
Ser impecable en mis palabras es utilizarlas a mi favor y no en mi contra. Si soy impecable en mis palabras hacia los demás las estoy utilizando a favor no sólo de ellos, sino de mi misma.
Si veo lo bueno de los demás y es lo que expreso, será lo que atraeré de ellos y lo que veré en mi misma porque sólo puedo ver en los demás lo que soy o traigo puesto.
Cuando Las palabras que uso hacia mí son impecables, atraigo a mí sólo lo bueno ya que cada palabra que utilizo es un decreto que va a formar mi realidad.
Al hablar mal de los demás, se atrae como experiencia lo que se critica o juzga.
Si no juzgo y no critico, permito a los demás vivir sus experiencia aceptándolos como son y sus experiencias se quedan en ellos, sin volverse parte de las mías.
Al ser impecable en mis palabras hacia mí y hacia los demás cambia mi vida creando una realidad mucho más positiva.
Si soy impecable en mis palabras, observándolas y cuidando que siempre sean las adecuadas, sólo atraeré a mi vida experiencias positivas y mejores relaciones. Esto es porque al ser impecable en lo que digo, no creo confusiones ni malos entendidos y puedo comunicarme mejor.
Si estoy consciente de lo mucho que afectan mis palabras en mi creación de realidad, me permito decidir responsablemente lo que voy a expresar sabiendo lo que veré manifestado en mi vida.
Con mis palabras no sólo puedo crear, sino transformarlo todo para crear una realidad más plena y más feliz.
Las palabras son energía. Ser impecable en mis palabras es hablar con amor, con verdad y usar mi energía de manera adecuada.
Si las observo tanto en lo que pienso como en lo que digo vivo en armonía conmigo y con el mundo.
Yo soy responsable de las palabras que uso para crear mi realidad y si las uso impecablemente puedo ser, tener y hacer todo lo que deseo.
Finalmente como dice Miguel Ruiz…
“La impecabilidad de tus palabras te llevará a la libertad personal, al éxito y a la abundancia;
hará que el miedo desaparezca y lo transformará en amor y alegría.”
Y tú ¿eres impecable en tus palabras?
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS POR ESTAR AQUÍ!!!
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS POR ESTAR AQUÍ!!!
CON AMOR…
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