“DIOS es el AMOR dentro de nosotros.
Ir en pos de ÉL, es decir, pensar con AMOR, depende totalmente de nosotros.
Cuando optamos por amar, o cuando permitimos que nuestra vida se unifique con DIOS, la vida es maravillosa."
Un Curso de Milagros.
*************************
Nosotros somos AMOR, venimos del AMOR y está en nosotros amarnos a nosotros mismos y relacionanos con AMOR.
Cuando estamos en la frecuencia del AMOR estamos unificados con DIOS y vibramos en su misma frecuencia.
Al relacionarnos con nosotros mismos y con los demás con AMOR lo estamos haciendo con DIOS y nuestra vida es maravillosa.
Todas nuestras relaciones nos hablan mucho de nosotros mismos. Al tomar conciencia de ello y poner más atención en la forma en que nos relacionamos, podremos ver más claramente el tipo de relación que tenemos con nosotros mismos.
De nuestra relación con nosotros depende la clase de relación que tenemos con lo demás. Ambas serán sanas o destructivas. No podemos dar lo que no somos o lo que no tenemos. El AMOR empieza por nosotros mismos para poder darlo a los demás.
En toda relación tenemos algo que aprender. Al relacionarnos, lo hacemos desde 2 perspectivas desde la del AMOR o la del temor.
a) Cuando lo hacemos desde el AMOR, aprendemos a amar más profundamente al otro y a que somos dignos de ser amados.
“Amar a otra persona es ver la faz de DIOS.” Esta frase la encontramos en una canción de “Loa Miserables” Y si DIOS está en nuestro interior y todos tenemos el AMOR de DIOS, al ver al otro desde la perspectiva del AMOR, vemos en él a DIOS.
Al respecto Marianne Williamson escribió… “La faz de Cristo es la inocencia y el AMOR que se ocultan tras las máscaras que todos usamos, y ver ese rostro, tocarlo y amarlo en nosotros mismos y en los demás, es la experiencia de DIOS. Es lo Divino de nuestra condición humana. Es la elevación que todos buscamos.”
Esto se refiere a lo que ya hemos platicado en este blog es amar al otro de manera incondicional viendo lo mejor de sí mismo. Ver al otro con los ojos del AMOR.
b) Cuando se hace desde el temor o la parte negativa, se aprende a auto condenarse, auto sabotearse y a tener miedo a la vida.
Ver la parte negativa del otro es auto condenarse porque de esa manera se será visto, no sólo ante los ojos de los demás, sino de si mismo.
Es auto sabotearse porque no se está permitiendo el ver al otro desde la perspectiva del AMOR y al dejar de hacerlo, se pierde la oportunidad de amar y ser amado.
Al auto sabotearse se niega la oportunidad de ver el propio rostro reflejado en el otro y de vivir con él experiencias maravillosas.
EL auto sabotaje es auto condenarse a no permitirse ser todo lo bueno que realmente se es.
Al relacionarse por medio del temor, es tener miedo a los demás, a las circunstancias y a la vida. Es no tener FE ni confianza en que DIOS nos ama y la vida es una regalo que ÉL nos ha dado para disfrutarla.
Las relaciones con los demás son un medio de disfrutar la vida. En todas, vamos a recibir un aprendizaje aunque algunas sean más largas e importantes y otras breves e intrascendentes.
En cuanto a estas últimas, no quiere decir que no funcionan o que uno no funciona en cuanto a relaciones se refiere. Lo que sucede es que cumplen su objetivo en nuestra vida y por eso terminan.
Hay 3 niveles de “enseñanza y aprendizaje en las relaciones…
1. Efímera.
Son aquellos en que dos personas desconocidas se encuentran por alguna circunstancia compartiendo un espacio por un tiempo muy breve. Puede ser una breve plática en le banco o la fila del cine, o arreglar un trámite sin que haya contacto posterior.
2. Temporal.
Son relaciones con un contacto más estrecho, duran un tiempo, incluso a veces largo y después terminan. Puede ser un noviazgo, una amistad, una relación laboral, tomar un curso, etc.
3. Permanente.
Estas son relaciones que duran toda la vida.
Yo siempre he dicho que de todas las personas que han pasado por mi vida, con lo bueno es con lo que me quedo.
Si al estar dentro de la relación, sin importar el tipo de esta, nos enfocamos en ver lo bueno de los demás, será muy positivo para la misma y al final será con lo que nos quedemos. No importa si esa relación terminó, no importa las circunstancias de la terminación, siempre el otro nos dio y dejo algo bueno en nosotros. Al estar con él vimos no sólo su rostro, sino el nuestro.
Al entablar cualquier relación con AMOR viendo en los demás la faz de DIOS, nos estamos amando a nosotros mismos. Al amarnos a nosotros mismos podemos amar a los demás. Todo está conectado. El AMOR que se da regresa multiplicado.
Hay una máxima muy sabia que dice… “Trata a los demás como quieras que te traten a ti.” O lo que es lo mismo… “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti.
Al tratar a los demás con AMOR será lo que recibiremos. Si pensamos en los demás con AMOR será lo que pensaremos de nosotros mismos y los demás también lo harán de nosotros. Si consideramos a los demás con la misma consideración que lo hacemos a nosotros mismos, así seremos considerados.
Es por ello que nuestras relaciones hablan de nosotros mismos. Si yo soy considerada conmigo, lo seré con los demás. El reflejo de lo que soy lo estoy viendo en ellos.
Una persona desconsiderada con ella misma, no puede ser lo que no es con los demás, nunca será considerada hasta que no lo sea primero con ella. No se puede dar lo que no se es.
Todos somos seres únicos irrepetibles y maravillosos. Todos tenemos muchas cosas buenas que ofrecer al mundo. Todos somos dignos de se amados sin importar cómo seamos.
Podemos empezar por amarnos a nosotros mismos para después amar a los demás. Amarlos sin juzgarlos o criticarlos, aceptándolos como son. Tal vez hay cosas de ellos que no nos encantan, pero eso no los hace ser menos dignos de ser amados.
Utilizamos la misma energía en amarlos que en no hacerlo. Está en nosotros la decisión de amar o no a los demás y la forma de relacionarnos con ellos.
Sólo tú puedes decidir a quien dar tu AMOR si a unos cuantos o a todos. Sólo tú estás aquí para recordar que eres AMOR y que puedes manifestarlo de manera ilimitada. Está en ti vivir la experiencia de amar y ser amado.
Finalmente...
“ Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro santo.
Tal como lo consideres a él, así te consideras a ti mismo.
Tal como lo trates , así te tratarás a ti mismo.
Tal como pienses de él, así pensarás de ti mismo.
Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo. “
Marianne Williamson.
Y tú, ¿ Amas a los demás sin importar cómo son? ¿Das tu AMOR a todos o sólo a unos cuantos? ¿Estás consiente de que tus relaciones son un reflejo de ti mismo?
Nos encantaría conocer tu opinión al respecto.
¡¡¡Gracias , gracias, gracias por estar aquí!!!
CON AMOR,
* ^Â^*