Nosotros atraemos lo que deseamos. Si enfocamos nuestra atención en cosas positivas, tendremos una vida positiva porque lo bueno será lo que recibiremos.
Cuando una persona se enfoca sólo en lo negativo es en lo que convierte su vida.
He conocido personas que se la pasan quejándose, criticando y siempre viendo los sucesos de forma negativa. Para ellos todo está mal, todo es negro, todos están equivocados y jamás ven algo bueno en los demás.
Con ello, están enviando energía negativa y por ende, recibiéndola de regreso multiplicada. Al paso del tiempo no se explican la razón por la que todo les sale mal y lo que es peor no se explican por qué caen en lo que tanto criticaron o ni siquiera se dan cuenta de ello.
Si las palabras, pensamientos, emociones , sentimientos, acciones, son energía, dependiendo de la clase de los mismos crearemos nuestra vida.
Todo es energía y a través de ella somos, vivimos, amamos, creamos, visualizamos, sanamos y nos relacionamos.
Estamos en un continuo intercambio de energía y de acuerdo a la clase que enviamos es como interactuamos.
Nosotros decidimos la clase de energía que enviamos y el cómo la utilizamos. Sólo nosotros somos responsables de ello y de lo que sucederá en nuestra vida por ello.
Si enviamos energía positiva a quienes no rodean, ellos responderán de la misma manera. Si enviamos AMOR, AMOR recibiremos.
Hace unos días, me decía Mariana que una amiga de repente se había alejado de ella y no habían peleado ni habían tenido problemas, sólo que era algo confuso el que después de tanto tiempo como que no checaban.
“Es como si ya no coincidimos”. Decía extrañada.
El tipo de energía que tenemos y emitimos influye en el tipo de personas que nos rodean. Es por ello que a lo largo de la vida mucha amistades se van y otras se quedan.
Esto es porque al ir creciendo y cambiando, nuestra energía también cambia y en ocasiones deja de ser afín con la de algunas personas que terminan por irse de nuestra vida. En ese momento su ciclo termina y empiezan nuevos con personas que al vibrar en sintonía con nosotros, aparecerán en nuestra vida.
Existen personas con las que sentimos afinidad desde el momento en que la conocemos y otras con las que no la sentimos aunque no nos hayan hecho nada. Simplemente nuestra energía checa o no con las demás personas.
Lo que amamos, observamos, admiramos, aprendemos, aprehendemos, adoptamos, aceptamos, odiamos, repelemos, criticamos o juzgamos de los demás lo hacemos propio a nivel energético. Es muy fácil engancharse en ello, y si como dice Redfield, se le pone atención dándole mucho tiempo y energía, terminará por manifestarse por consecuencia.
Es por ello que es muy saludable dejar que los demás vivan su vida sin criticar o juzgar sus actos. Es su vida y son sus actos. Así, la energía de lo que no va con nosotros, no la hacemos propia.
DIOS es nuestra máxima Fuente de Energía y nos la suministra continuamente. En nosotros está utilizarla sabiamente o no. Es nuestra decisión hacer un buen uso de ella o no.
Esa misma energía la encontramos en todo el Universo ya que todo es energía, todo tiene vibración y todo está en continuo movimiento. Es por ello que nuestra interrelación va más allá de las personas que nos rodean.
Nuestra interrelación es con el mundo entero, con la ciudad en que vivimos o a los lugares donde viajamos, nuestra casa, lo que comemos, los animales, las plantas, y absolutamente todo lo que nos rodea.
Su energía es con la que nos identificamos y por lo que tendemos a dirigirnos hacia personas, lugares, objetos o circunstancias.
Nuestros sentidos nos permiten entrar en contacto con la energía de todo lo que nos rodea y nos periten conocer la esencia de las personas y las cosas.
Nos sintonizamos con lo que vibra con nosotros y como nosotros .
Es por ello que Ghislaine D. Martel en “Eres Energía” afirmó…
“Todo nuestro universo físico es energía.
De hecho podemos decir que la única cosas que existe en el Universo es energía. Todo lo que vemos tocamos y sentimos es energía que vibra a un determinado ritmo.
Por esta razón es posible percibir las vibraciones de todo lo que existe sobre el planeta, los seres humanos las plantas, los minerales, etc.
Al tomar consciencia de esa fuerza, podemos “conectarnos” con esas vibraciones y, así, armonizar con el Universo.”
Y tú…
¿Vibras en armonía con le Universo?
¿Estás consciente de el uso que le das a tu energía o dejas que ésta fluya sin control?
Me encanta conocer tu opinión.
¡¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por estar aquí!!!
CON AMOR…
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